Diz
que eran compadres la perdiz con el zorro. Y que la comadre tenía
lindos hijitos, chiquitos y overitos. Y que el zorro se envidiaba de
que la comadre tenía lindos hijitos. Y le preguntaba el zorro a la
perdiz cómo hacía para que los hijitos salgan tan bonitos. La
perdiz le ha contestau que tiene que ponerlos en el horno caliente,
que lo primero es que el horno esté bien caliente. Que los ponga a
los hijitos en el horno y que tenía que dar güeltas alrededor del
horno.
Y
el zorro se ha ido, ha encendido el fuego en el horno y ha metíu los
hijitos. Y él daba vueltas. Y después, cuando él estaba dando
vueltas, reventaron los zorritos. Y cuando vio que estaban todos
carbón no más, se fue a la comadre a decirle que la iba a comer.
Porque sus chiquitos se han quemado la iba a comer. Y la comadre le
contestó, cómo iba a hacer eso. Y él le dijo que ella le ha hecho
quemar los hijito, que la va a comer. Entonce ella le ha contestado
que bueno, que primero la prepare y después la coma. Y entonce el
zorro ha tráido sal y ají. Y entonce, cuando ya le estaba por echar
sal y ají para comerla, ella voló y la sal y el ají le llenaron
los ojos al zorro. Y el zorro ha quedado sin poder ver y se ha
salvado así la perdiz.
Rosa
Aramello, 15 años. Tilcara. Jujuy, 1952.
Niña
del pueblo. Ha concurrido a la escuela primaria. Oyó el cuento a
muchas personas.
Cuento
722 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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