El
zorro era muy ladino, como todos los zorros. Había un almacén y el
zorro si había cebado a entrar a ese almacén. Y había un güequito,
y por ese güequito entraba y se comía las pasas de higo. Y viendo
el almacenero que le faltaba, se puso en guardia. Y dijo:
-Voy
a poner aquí una trampa.
Y
puso una especie de muñeco de trapo, y le puso pegapega a todo. Y
entonce el zorro al verlo le dice:
-Hacete
a un lau, que voy a entrar.
Y
como no le contestaba le dice:
-Mirá
que te voy a pegar una trompada.
Y
le pegó con una mano, y quedó pegado de esa mano.
-Largame
la mano mía, que te voy a pegar con la otra.
Y
le pegó, y quedó preso de las dos manos.
-Te
voy a pegar con un pie -le dice.
Y
le pegó y quedó pegau del pie. Y no le quedó más de un solo pie,
que pegaba más juerte. Y le pegó y quedó pegado de las dos manos y
de los dos pieses. Al otro día lo pesca el alma cenero. Entonce lo
saca, di ande 'taba pegado. Le pone una cadena y lo ata ajuera, en la
calle. Mientras tanto calentaba unos fierros para ponerle por el
poto, el traste. En esto acierta a pasar un lión y le dice:
-¿Qué
te pasa, ahijau?
-Aquí
me tienen atau, pagrino, porque no soy capaz de comerme una
vaquillona que 'stán asando.
Entonce
le dice el lión:
-Yo
te desato y me la voy a comer yo.
Así
jue que lo desató y el zorro lu ató bien seguro al lión. Y el
zorro se jue, y si había libertado.
Cuando
llegó el momento de hacerle la operación al ladrón, el hombre vio
que si había vuelto lión, y le dice:
-¡Así
que te habías vuelto lión! Lo mismo vas a recibir el castigo.
¡Pobre
lión!, nu había comido ni una pasa. Y lu aseguró bien y le metió
el fierro colorau. Después que l'hicieron la operación, lo
largaron. Y claro, el lión trataba de vengarse de lo que le había
hecho el zorro. Y en busca del zorro andaba por áhi el lión.
Un
día lu encontró en un arenal durmiendo al zorro, el lión. Y lu
agarró di una pata. Y entonce el zorro, al verse preso, le dijo al
lión:
-Pagrino,
por agarrame la patita mi agarró el bastoncito. Entonce el lión
aflojó y el zorro disparó. Pero en lo qu'iba disparando el zorro,
para alejarse del lión, venía un ovejero con varios perros. Y al
ver el zorro se los chumbó. Y lu agarraron los perros y lo
deshicieron.
Juan
Lucero, 64 años. El Durazno. Pringles. San Luis.
El
cuento tiene motivos de otros cuentos.
Cuento
673. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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