Era
un tigre viejo que tenía tres hijos.
El
tigre es el rey de los animales. Como era viejo, era el tigre más
sabio. Siempre les daba consejos a sus hijos. El primer consejo que
les daba, que nunca si acerquen a los dominios del hombre. Y que les
decía:
-El
hombre es el animal más poderoso. Es el rey de todos. Hay que tener
cuidado con el hombre porque nadie lo vence. Nu hay que meterse en el
reino del hombre. El hombre domina y vence a todos los animales de la
creación. Dios li ha dau ese poder.
Cuando
el rey viejo se murió, les volvió a dar el mismo consejo a los tres
hijos. Dos de los hijos obedecieron al padre. Otro, que era muy
soberbio, dijo que él lu iba a buscar al animal hombre y lu iba a
vencer.
Entonce
salió el tigre joven a buscar al rey hombre. Caminó mucho. No vido
a nadie en el camino. Después de muchos días encontró un caballo
viejo, casi ciego, flaco. Y dice:
-Oiga,
amigo, ¿usté es el rey hombre?
El
caballo viejo cuando lo olfatió al tigre se puso a temblar de miedo,
y le dice:
-No,
no, amigo. ¿Páque lo quiere?
-Lo
vengo a peliar.
-No
se meta, amigo, el rey hombre es muy feroz. Mire cómo hi quedau yo.
Yo era un potro malo, salvaje, y mi agarró y me capó. Y despué mi
amansó, y mi hizo trabajar hasta qui hi quedau inútil. Me botó al
campo y acá me tiene.
Entonce
el tigre siguió otra vez el camino. Por áhi encontró un buey flaco
y viejo, y le dice:
-Oiga,
amigo, ¿usté nu es el rey hombre?
El
buey, muerto de miedo lo que vido al tigre, le dice:
-¡No,
no, amigo, yo soy un buey! ¿Qué quiere con el hombre?
-Lu
ando buscando pa peliarlo.
-No
se meta, amigo con el hombre. Le va ir mal, como mi ha ido a mí.
-Yo
soy el rey de los animales -que dice. Yo lo voy a vencer.
-Yo
hi síu un toro muy bravo. Yo hi vencíu también al tigre. Yo hi síu
cazau por el hombre. Mi ha capau, mi ha amansau y mi ha hecho arar
toda mi vida. Hi arau en tierras muy duras y en pedregales. Cuando ya
no servía mi ha botau. Y aquí me ve que no sirvo para nada. Ni pa
carne, amigo, porque 'toy flaco y mi carne es muy dura, como la di un
animal viejo, ¿no?
Claro,
tenía miedo el buey que lo cace el tigre.
-Nu
importa -dice el tigre. Yo soy joven y
fuerte. Lo voy a vencer al rey hombre.
Entonce
siguió. Llegó ande había un monte. Ha óido unos golpes. Ha pensau
qui áhi 'taba el hombre. El hombre 'taba hachando. Ha llegau el
tigre. Lo vido y li ha dicho:
-Oiga,
amigo, ¿usté es el hombre?
-Sí
-le dice, ¿qué querís conmigo?
-Lo
vengo a peliá pa ver cuál es más poderoso.
-'Tá
bien, pero yo pelio con discursos. Vos usá tus armas y yo las mías.
Hagamos tres encuentros. A las tres va a ser la vencida.
El
tigre ha dicho que bueno. El hombre ha traído l'escopeta. Li ha
largau un tiro a la cabeza. El tigre ha disparau y ha llegau ande
'taban los hermanos. Dice qui iba con la cabeza hinchada. Defigurau,
dice qu'iba con las municiones, que ni se conocía. Y que ha dicho a
los hermanos:
-¡Ay,
hermanos! Tenía razón nuestro padre. Nu hay qui llegarse nunca al
rey hombre. Él pelia con razones. Con una sola razón mi ha dejau
cuasi muerto. ¡Que sería si mi hubiera largau las tres razones qui
habíamos jugau! El rey hombre es el animal más malo y poderoso.
Ramona
Virginia. Villafañe de Coronel, 86 años. Ciudad de Catamarca, 1968.
Gran
narradora. Semianalfabeta. Inteligente curandera popular.
Cuento
564. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 048
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