Dice
que había un criollo que había apretado a un tigre con una piedra
porque le tuvo miedo. Momentos después pasa un burro y el tigre le
pide por favor que le dehaprete y que sería su compañero en
adelante. El burro lo sacó con mucho trabajo. Y se fueron.
El
tigre y el burro hicieron varias leguas de camino por lugares que el
tigre no encontraba nada de comer. Entonces le dice al burro:
-Parate
un poco, compañero, vamos a conversar. Mirá, burrito, he estado
seis días apretado con la piedra, he marchado muchas leguas, y no
puedo de hambre ya. He venido pensando de que debo comerte a vos,
compañero.
El
burro le contesta:
-Dejame
pensá un par de horas.
Y
después le dijo el burro al tigre:
-¿Por
qué me querís pagar, compañero, con esa acción tan mala, de
comerme después que yo te salvo que murás abajo de la piedra?
Y
en eso sienten unos grandes gritos. Que era Juan, el zorro. Llega, y
les pregunta que qué les pasa. Entonce el burro le contesta y le
cuenta lo que les pasaba. Que después que lo había dehapretado al
tigre, quiere pagarle con comerlo. Y le pide que él entre mano en
este asunto. Y el tigre dice que bueno, también.
Entonce
el zorro les dice que le cuenten cómo ha sido este asunto. Después
de contarle el asunto, les dice el zorro:
-Yo
no me creo de cuentos. Quiero ver cómo estuvo apretau el tigre para
yo dar la sentencia.
Entonce
contestan los dos:
-Muy
bien. Los vuelvamos a donde 'tuvo la piedra.
Y
le dice el zorro:
-¿A
ver, cómo 'tuvo apretado?
Y
el burro le va a poner la piedra y le dice el tigre:
-Larguemelón,
pero despacio, a la piedra.
El
burro trató de ponerlo bien apretado. Y cuando tuvo apretado el
tigre, le dice el zorro:
-No
sería justo que usté, amigo tigre, después de salvarlo el burro,
que pague con quererlo comer. Y yo, como me contemplo ser un buen
juez, le digo:
-Tú
te quedas apretado áhi, para que no seas dehagradecido. Y usté, don
burro, los vamos juntos y lo dejamos al tigre apretado por de malas
intenciones.
Francisco
Villarreal, 53 años. La Costa. Los Hoyos. Río Seco. Córdoba, 1952.
El
narrador es Juez de Paz de La Costa, población rural de esta región.
Cuento
606. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
No hay comentarios:
Publicar un comentario