-¡Cómo
silbáis vos de lindo! -le dice el zorro a la perdiz. ¿Cómo haría
yo para silbar?
-Y,
te cosís la boca -le dice la perdiz.
Bué...
Y entonce la perdiz le cosió la boca con un hilo bien juerte. Y le
dijo que tenía que probar hasta que aprendiera a silbar. Y ya iba
aprendiendo a silbar. Bué... Y la perdiz jue y se escondió y él
iba pasando por áhi. Y entonce voló de golpe y si asustó. Y quiso
gritar y la quiso cazar y áhi se le rajó del todo la boca.
Robustiano
Bustos, 66 años. Tulumba. Córdoba, 1952.
Lugareño
rústico.
Cuento
702 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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