Cierta
vez el zorro le preguntó a la perdiz cómo hacía para silbar, a lo
que ésta repuso:
-Si
quieres silbar como yo, tienes que coserte la boca con un hilo muy
fuerte, y dejarte únicamente un agujerito pequeño.
El
zorro hizo lo aconsejado, se cosió la boca y todos los días trataba
de silbar.
Cuando
ya iba muy adelantado en su empeño, es decir, cuando ya silbaba un
poco, la perdiz se escondió detrás de una tola y cuando el zorro
pasaba por allí, emprendió el vuelo. El zorro se asustó y se
rompió la boca de oreja a oreja.
Juan
Tejada, 30 años. Humahuaca. Jujuy, 1949.
Maestro.
Aprendió el cuento narrado por la generalidad de los lugareños.
Cuento
680
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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