Quesque
una vez si habían juntau a conversar en un corral, el perro, el gato
y la mula. Taban discutiendo los tres cuál tenía mejor poder del
óido y de la vista. El perro y la mula decían que naide les ganaba
a óir. El gato decía que naide le ganaba a él ver. Y cada uno se
ponderaba y no se podían poner di acuerdo.
Era
una noche escura como boca de lobo, no se veían ni las manos. En una
de ésas que 'taban áhi, la mula para las orejas y se pone nerviosa,
y dice:
-Oigan
ese ruido que hace temblar el aire.
-Sí
-dice el perro-, es el temblor di algo que cái, ¡guarda!
-No
si asusten, compañeros -dice el gato, yo lo veo muy bien, es un pelo
que viene cayendo en el aire. Miren, aquí 'stá.
Y
áhi vieron que empalmaron en las virtudes que Dios les había dado a
los tres. En lo sucesivo no discutieron más.
Juan
Lucero, 70 años. El Durazno. San Luis, 1959.
Cuento
738 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
No hay comentarios:
Publicar un comentario