Ramanuja ha sido uno de
los grandes filósofos y místicos de la India. Con él se relaciona la siguiente historia.
En una ocasión pasaba por una feria y contempló cómo el luchador más célebre
de la localidad iba detrás de una prostituta como si fuera un perrito, ausente
de todo, inerme e inconsciente. ¡Un hombre tan fuerte físicamente y
emocionalmente tan débil! Tanto le fascinaba esa mujer, que ni siquiera deseaba
enfrentarse a sus adversarios, y, de tal modo le obsesionaba, que llegaba a la
abyección. Ramanuja llamó aparte al luchador y le dijo:
-¿Por qué estás tan
obsesionado por esa mujer? ¿Cómo es posible que pierdas así tu juicio?
-¡Oh, señor! -se lamentó
el luchador, como si fuera un niño desvalido-, estoy enfermo por la belleza y
el atractivo de esa mujer. Nada puedo hacer que no sea pensar en ella, seguirla
y reclamar sus favores. No como; no duermo; voy a enloquecer. El sabio le
preguntó:
-Si algo te atrajera más
que esa mujer, ¿la dejarías?
-La dejaría en el acto
-dijo el atribulado hombretón. Ésa sería mi salvación. Creedme, voy a volverme
loco.
-Acompáñame -dijo
Ramanuja.
El sabio y el luchador se
desplazaron hasta un bosquecillo cercano.
-Siéntate, buen hombre
-le sugirió el sabio-. Cierra los ojos.
Ramanuja puso su mano en
la coronilla del luchador y le transmitió su energía de paz.
-Entra en ti -dijo-.
Permanece tranquilo. Ve más allá de los pensamientos y obsesiones. Medita en
tu propio ser; conviértete en tu propio ser, sé tu propio ser.
El atormentado rostro del
luchador se tomó apacible y arrobado. ¡Qué expresión de paz la del hombre
forzudo! ¡Qué hermosa y sublime expresión!
Después de meditar en
profundidad, conectado con su naturaleza real, el luchador salió de la meditación.
Exclamó:
-¡Qué paz! ¡Qué dicha! He
hallado la felicidad interior. Nunca volveré a ser un esclavo de nada ni de
nadie. Si nací libre, por qué he de ser un siervo?
Había encontrado la
fuente interna de la felicidad. En la ausencia de sensaciones, había hallado
la incomparable sensación de ser.
El Maestro dice: No hay otra felicidad que la paz interior.
Fuente: Ramiro Calle
004. Anonimo (india),
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