La vida de una tribu entera de ogros puede estar
concentrada en dos abejas. El secreto, sin embargo, fue revelado por un ogro a
una princesa cautiva, que fingía temer que éste no fuera inmortal. Los ogros no
morimos, dijo el ogro para tranquilizarla. No somos inmortales, pero nuestra
muerte depende de un secreto que ningún ser humano adivinará. Te lo revelaré,
para que no sufras. Mira ese estanque: en su mayor profundidad, en el centro,
hay un pilar de cristal, en cuya cima, bajo el agua, reposan dos abejas. Si un
hombre puede sumergirse en las aguas y volver a la tierra con las abejas y
darles libertad, todos los ogros moriremos. ¿Pero quién adivinará este secreto?
No te apesadumbres; puedes considerarme inmortal.
La princesa reveló el secreto al
héroe. Éste libertó las abejas y todos los ogros murieron, cada uno en su
palacio.
004. Anonimo (india),
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