Al salir de la ciudad de Sravasti, el Buda tuvo que
atravesar una dilatada llanura. Desde sus diversos cielos, los dioses le
arrojaron sombrillas para resguardarlo del sol. A fin de no desairar a sus
bienhechores, el Buda se multiplicó cortésmente y cada uno de los dioses vio un
Buda que marchaba con su sombrilla.
004. Anonimo (india),
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