Al atacar a
un rebaño, una tigresa dio a luz y poco después murió. El cachorro creció entre
las ovejas y llegó él mismo a tomarse por una de ellas, y como una oveja llegó
a ser considerado y tratado por el rebaño.
Era sumamente
apacible, pacía y balaba, ignorando por completo su verdadera naturaleza. Así
transcurrieron algunos años.
Un día llegó
un tigre hasta el rebaño y lo atacó. Se quedó estupefacto cuando comprobó que
entre las ovejas había un tigre que se comportaba como una oveja más. No pudo
por menos que decirle:
-Oye, ¿por
qué te comportas como una oveja, si tú eres un tigre?
Pero el
tigre-oveja baló asustado.
Entonces el
tigre lo condujo ante un lago y le mostró su propia imagen.
Pero el
tigre-oveja seguía creyéndose una oveja, hasta tal punto que cuando el tigre
recién llegado le dio un trozo de carne ni siquiera quiso probarla.
-Pruébala -le
ordenó el tigre.
Asustado, sin
dejar de balar, el tigre-oveja probó la carne. En ese momento la carne cruda
desató sus instintos de tigre y reconoció de golpe su verdadera y propia
naturaleza.
*El Maestro
dice: El ser humano común está tan
identificado con la burda máscara de su personalidad y su ego que desconoce su
genuina y real naturaleza.
004. Anonimo (india),
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