Una
mañana, en la granja Ventarrón, tres pollitos traviesos se
escaparon del gallinero y salieron a pasear por el patio.
-Ya
sé que mamá nos prohibió salir solos del gallinero -dijo Paco
Pollo. Pero ahí dentro nos aburrimos. ¡Vámonos a jugar al río!
-¡Qué
buena idea! -gritaron los demás pollitos.
Abajo
en el río, los pollitos se divirtieron mucho. Tanto, que no se
dieron cuenta de que Zorro Astuto estaba escondido detrás de un
árbol.
-¡Comida!
-murmuró por lo bajo. ¡Los voy a atrapar!
Por
suerte, Lechuza se despertó y, al descubrir a Zorro, voló hasta la
granja para pedir ayuda. Pero todos habían salido en busca de los
pollitos desaparecidos y sólo quedaba Cerdo.
-iDeprisa!
-le gritó Lechuza. ¡Zorro se va a comer a los pollitos!
Cerdo
se levantó y echó a correr detrás de Lechuza todo lo rápido que
podía. Cuando llegaron al río, chocó contra Zorro y lo hizo caer
al agua con un sonoro ¡PLAF!
-Estábamos
preocupadísimos por vosotros -riñó Cerdo a los pollitos.
-Lo
sentimos mucho -piaron ellos. No lo volveremos a hacer. Pero es
que... ¡ha sido muy divertido!
Y
Cerdo y los empapados pollitos regresaron a casa.
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anonimo cuento - 061
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