Eli,
su hermano Alex y el oso de peluche de Eli estaban jugando al
escondite en un soleado claro del bosque.
-Siéntate
aquí y Álex no te encontrará -dijo Eli al oso mientras lo ponía
detrás de un árbol. Después corrió a esconderse ella también.
En
ese momento, su madre les dijo que era hora de regresar a casa. Eli y
Álex recogieron los platos y las tazas de la merienda.
-¡Te
echo una carrera hasta el coche! -exclamó Álex.
-¡Seguro
que te cojo! -gritó Eli, persiguiéndolo.
Pero
nadie se acordó del oso, que seguía detrás del árbol. Una enorme
hoja bajó volando y aterrizó delante de él. A una ardilla que
había en el árbol se le cayó una nuez y ésta fue a parar encima
de la hoja. Después pasó volando un pájaro con una mora en el
pico. La mora se le cayó y también fue a parar a la hoja.
-¡Nos
hemos olvidado el oso! -gritó El¡ en el coche.
Álex
y ella regresaron tan deprisa que asustaron a un ratón que se había
detenido a mirar el oso. El ratón abrió la boca para chillar y la
semilla que llevaba en la boca cayó también en la hoja.
-Aquí
está -dijo Eli. ¡Se ha buscado su propia merienda!
-Abrazó al oso
con todas sus fuerzas. Nos llevaremos tu plato a casa -añadió,
sonriendo, mientras recogía la hoja.
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anonimo cuento - 061
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