Esta
es la historia de los monstruos de pelusilla. Todo el mundo ha visto
pelusilla debajo de la cama. Está ahí porque los monstruos de
pelusilla viven debajo de las camas. Sólo salen cuando oscurece,
pues tienen miedo de salir durante el día. ¿Quién sabe lo que
puede pasar a la luz del día? Una vez, mientras Petuso comía
pelusilla con natillas, apareció la cosa mágica que aspira. Hacía
un ruido terrible y se acercaba cada vez más. Luego apareció un
tubo con un cepillo en la punta y se tragó toda la pelusilla que
tantos años le había costado almacenar. Pero Peluso sólo había
vivido hasta entonces debajo de su cama y quería saber qué pasaba
debajo de otras camas.
-Sólo
los monstruos de pelusilla revoltosos salen a la luz del día -dijo
Mamá Pelusilla. Además, la Niña te puede coger.
-¿Quién
es la Niña? -preguntó Peluso, intrigado.
-La
Niña es un monstruo que vive encima de la cama -dijo Mamá
Pelusilla. Es muy limpia y aseada. Y se te llevará, te lavará y te
pondrá en una habitación en la que entre el sol a raudales.
¡Abrirá
las puertas y llenará la habitación de aire fresco!
-¡Eso
es horrible! No te creo -respondió Peluso.
-Tienes
que portarte bien -dijo Mamá Pelusilla. Si no, ya verás lo que te
pasa.
-¡Pues
yo no le tengo ningún miedo u la Niña! -dijo Peluso.
Peluso
quería saber qué había debajo de las otras camas.
Un
día, mientras todos dormían, se escapó. Fue hasta el cuarto de al
lado y encontró otra cama donde meterse debajo. Había arañas,
telarañas y un montón de pelusilla. ¡Era perfecto! Así que Peluso
se puso a comer pelusilla y se instaló en su nueva casa. Pero Peluso
no podía dormir pensando en la Niña. Haciendo acopio de valor,
trepó con cuidado por las mantas. De pronto, la Niña se despertó y
se sentó en la cama. Peluso estaba tan sorprendido que dio un salto
del susto.
-¡Aaaah!
-chilló Peluso.
-¡Aaaah!
-chilló la Niña.
Y
se acurrucaron cada uno en un rincón de la cama, sin quitarse el ojo
de encima.
-Me
has asustado -dijo Peluso.
-¿Yo,
asustarte a ti? -dijo la Niña. ¡Tú sí que me has asustado!
-¿De
verdad? -preguntó Peluso. ¿Por qué? Yo soy Peluso y me he venido a
vivir debajo de esta cama. ¿Tú también vives en esta cama?
-No,
tonto. Sólo duermo aquí por la noche. Pensaba que debajo de la cama
vivía el Hombre del Saco, pero tú no das ningún miedo.
-¿Cómo
que no? ¿Qué te parece esto? -preguntó Peluso. Y, metiéndose los
pulgares en las orejas, meneó los dedos y sacó la lengua.
-Eso
no da miedo -contestó ella. ¡Mira esto!
-Y,
tirando con los dedos de las comisuras de la boca, se puso bizca.
Y
así fue como Peluso y la Niña descubrieron que no hay nada que dé
miedo ni debajo ni encima de las camas.
0.999.1
anonimo cuento - 061
No hay comentarios:
Publicar un comentario