¡Estaos
quietos para que os pueda contar! -dijo enfadada Mamá Pata mientras
los patitos salpicaban alrededor de ella. Lo que me imaginaba: Dani
se ha vuelto a perder. ¡Será mejor que vaya a buscarlo!
Era
la tercera vez que el patito Dani se perdía esa semana. Le gustaba
nadar el último de la fila y a menudo se quedaba rezagado. Pero esta
vez estaba en peligro... Hacía un rato, mientras Dani iba siguiendo
a los otros, se le había enganchado la pata en algo que había
debajo del agua.
-¡Porras!
-exclamó, y trató de soltarse tirando. Se metió bajo el agua y vio
que se te había enredado la pata en una vieja red de pesca
semienterrada en el barro-. ¡Socorro! -gritó, pero los otros
estaban ya demasiado lejos y no lo podían oír. Cuanto más tiraba
Dani, más se apretaba la red en torno a su pata. ¡Socorro! -gritó,
agitando las alas.
La
rana Paca oyó sus gritos e intentó liberarlo, pero no lo logró.
-Voy a buscar ayuda -dijo, y se fue nadando.
-¡Date
prisa! -gritó Dani.
La
marea estaba subiendo y el río crecía rápidamente. Cuando Paca
volvió con Julia, la rata de agua, el agua ya cubría la espalda de
Dani.
-¡Me
va a arrastrar hasta el fondo! -lloró Dan¡.
-No
te preocupes, que te vamos a salvar -Julia cortó la red con sus
afilados dientes y Dan¡ volvió a salir a la superficie.
-¡Menos
mal que estás a salvo! -dijo mamá. Pero a partir de ahora te
pondrás el primero de la fila.
-Y
eso es lo que hizo Don¡.
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anonimo cuento - 061
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