Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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martes, 6 de enero de 2015

El bromista

A Tigre le encantaba gastar bromas a sus amigos. Y últimamente le había dado... por hacer nudos.
Cuando Elefante se quedó dormido, Tigre le hizo un nudo en la trompa. Mientras Mono echaba una siestecita, le hizo un nudo en la cola. Y mientras Serpiente roncaba hizo un nudo... ¡con todo su cuerpo! A él le parecía todo muy divertido, pero a los demás animales no tanto, y estaban empezando a perder la paciencia con Tigre y sus bromas.
-¡Estoy harto! -dijo Elefante, frotándose la dolorida trompa.
-¡Hay que hacer algo! -dijo Mono, frotándose la dolorida cola.
-¡Esta vez ha ido demasiado lejos! -dijo Serpiente, toda ella dolorida.
-Tenemos que atraparlo antes de que pueda gastarnos sus bromas -dijo Mono.
-Ése es el problema, que no lo vemos a tiempo -dijo Serpiente.
Los otros estuvieron de acuerdo. Nunca se daban cuenta de que Tigre se les acercaba porque con sus rayas era muy difícil distinguirlo en la selva. Mono se rascó la cabeza. Serpiente se retorció y culebreó. Elefante agitó la trompa.
-¡Tengo una idea! -dijo de pronto Elefante. Y los llevó a todos hasta un frutal que crecía junto a la charca del agua.
Cuando Elefante explicó su plan, una enorme sonrisa apareció en la cara de Mono, y Serpiente se rió disimuladamente. Mono trepó al árbol y bajó con unos cuantos frutos de un rojo brillante. Serpiente se puso a retorcerse en la tierra blanda hasta hacer un hueco poco profundo y entonces Elefante exprimió los frutos y rellenó con su zumo el hueco que había hecho Serpiente. Luego, todos los animales se pusieron a esperar.
Al cabo de un rato Tigre se acercó a la charca. Venía paseando con una sonrisa y cuando comenzó a beber... Elefante metió la trompa en el hueco del zumo y absorbió con fuerza. A continuación, apuntó a Tigre con la trompa y sopló. El zumo voló por los aires a través del claro y cayó encima de Tigre, empapándole el lomo. Parecía como si tuviera la piel a manchas de un rojo brillante. Tigre pegó un brinco del susto.
-Van a pasar semanas hasta que se te quite esto -rió Elefante.
-Te vamos a ver venir a kilómetros -dijo Mono.
-Así ya no podrás sorprendernos con tus bromas -añadió Serpiente.
Y todos los animales se echaron a reír. Todos menos Tigre, que ahora era ¡rojo brillante!


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