Todos
los animales de la granja estaban reunidos en el establo cuando la
señora Gallina dijo al cachorro Olorín:
-Nos
hemos dado cuenta de que necesitas un baño. No te has bañado en
todo el verano, hasta los cerdos se han quejado.
-¿Tomar
un baño? ¡Hasta ahí podíamos llegar! -se burló Olorín.
Salió
al patio y estuvo paseando mientras pensaba: «¡Vaya una idea!
Soy
un perro y hago cosas de perros, como... ¡cazar gatos!» El gato de
la granja se enderezó de un salto, siseando, cuando Olorín se le
acercó corriendo. El cachorro lo persiguió por todo el patio, pero
justo cuando estaba a punto de atraparlo, el gato saltó en el aire.
Olorín saltó detrás de él y... aterrizó en el estanque con un
gran ¡PLAF!
-¡Cachorrín
tontín! -se rió el gato, que lo miraba subido a un árbol.
Los
patos graznaban mientras Olorín los perseguía por el agua,
salpicando y chapoteando. El agua fría refrescaba su piel. Al cabo
de un rato, salió y se revolcó en el barro de la orilla.
-¡Qué
divertido! -dijo. ¡Me parece que, al final, me voy a acostumbrar a
báñarme!
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anonimo cuento - 061
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