Los
mantos de colores de los derviches, diseñados con propósitos de
enseñanza y eventualmente imitados como simple decoración, fueron
intro-ducidos en España en la Edad Media, de esta forma:
Un
rey cristiano gustaba de los desfiles pomposos y también se
enorgullecía de su saber filosófico. Pidió a un sufí conocido con
el nombre de El-Agarin, que le instruyese en el conocimiento.
El-Agarin dijo:
-Te
ofrecemos observación y reflexión, pero primero tienes que aprender
su significado en toda su extensión.
-Ya
sabemos cómo aprender, pues hemos estudiado bien todos los pasos
preliminares hacia el conocimiento, a través de nuestra propia
tradición -dijo el rey.
-Muy
bien -dijo El-Agarin,
le haremos a Su Majestad una demostración de nuestra enseñanza,
durante el desfile de mañana.
Se
hicieron los arreglos y al día siguiente los derviches del ribat
(centro de enseñanza) de Agarin desfilaron por las estrechas calles
de la ciudad andaluza. El rey y sus cortesanos estaban a uno y otro
lado de las calles: los nobles, a la derecha, y los caballeros, a la
izquierda.
Cuando
terminó la procesión, El-Agarin se volvió hacia el rey, y dijo:
-Majestad,
por favor, pregunte a sus caballeros del lado izquierdo, el color de
los mantos derviches.
Todos
los caballeros juraron sobre las escrituras y por su honor que las
vestimentas habían sido azules.
El
rey y el resto de la corte se mostraron sorprendidos y confusos, pues
de ninguna forma era lo que ellos habían visto.
-Todos
nosotros vimos con claridad que estaban vestidos con hábitos
marrones -dijo el rey, y entre nosotros hay hombres de gran santidad
y fe, y muy respetados.
El
rey ordenó a todos sus caballeros que se prepararan para ser
castigados y degradados.
Aquellos
que habían visto los mantos de color marrón fueron puestos a un
lado para ser premiados.
El
proceso duró bastante tiempo. Después, el rey preguntó a
El-Agarin:
-¿Qué
embrujamiento has hecho, hombre malvado? ¿Qué actos del demonio son
los tuyos, que pueden ocasionar que los caballeros más honorables
del cristianismo nieguen la verdad, abandonen sus esperanzas de ser
redimidos y traicionen nuestra confianza, lo que los incapacita para
la batalla?
El
sufí dijo:
-Los
mantos, en la mitad visible de tu lado, eran de color marrón. En la
otra mitad, cada manto era azul. Sin preparación, tu predisposición
es causa de que te engañes a ti mismo y nos malinterpretes.
-¿Cómo
podemos enseñar a alguien en estas circunstancias?
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anonimo (asia) - 065
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