Diz
que el zorro había andáu por cazar al suri, y ¡claro!, no podía.
El suri es tan ligero y grande, y con tanta juerza como tiene, no era
para que el zorro se atreviera así no más a cazarlo. Y diz que el
zorro andaba pensando no más cómo lo podía vencer al suri. Diz que
al fin un día se ha hecho compadre del suri, y que siempre se
encontraban y se ponían a conversar. Por áhi que un día le dice el
zorro:
Diz
que al suri le gustaban mucho las botas 'i potro, ¡pero, claro!, no
había pensau que él podía ponerse botas con las piernas largas,
que tiene.
Y
diz que el zorro le ha alabado tanto las piernas al suri, y cómo le
iban a quedar las botas 'i potro, que al fin el suri consintió en
dejarse hacer unas botas. El zorro le ha dicho que las botas de cuero
fresco eran las que se amoldaban mejor a las piernas, y que quedaban
más lindas. Y di áhi el zorro lo hizo echar al suri, y que le ha
puesto unas botas de un cuero muy mojado que tenía. Y diz que le
cosió bien las botas fresquitas, y que le ha dicho que espere para
que se sequen. Y diz que cuando se secaron bien, el cuero se le
apretó a las piernas del suri, y que el suri se ha querido parar, y
no ha podido. Y diz que áhi el zorro aprovechó y lo comió al suri.
Miguel
Ángel López, 76 años. Tafí del Valle. Tafí. Tucumán, 1951.
Un
gran narrador.
Cuento
332. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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