Dicen
que el zorro no conocía toros finos. Una vez en el campo vio un toro
grandote y vio que le colgaba una carne entre las piernas. Entonce lo
empezó a seguir para comer la carne que parecía que ya se le
cortaba. Bueno, lo siguió tanto tiempo que al fin se murió de
hambre y casi ciego de sé.
Cuento
355. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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