Dice
que un día que andaba el tigre con muy mucho hambre buscando qué
comer, que 'bía visto a un hombre que estaba arando con una yunta de
bueyes y se 'bía arrimao. Y dice que le 'bía dicho que si no le
daba un buey lo iba a comer a él. Entonce que el hombre le 'bía
dicho que güeno, que l'iba a dar un buey, pero que espere un
poquito, hasta que termine de arar esa melguita. Entonce dice que el
tigre se 'bía echao a esperar cerca del cerco. En eso dice que el
zorro que 'bía estao sobre una lomita, le 'bía pegao un grito al
hombre:
-Oiga,
amigo, ¿no me lo ha visto al tigre? Aquí lo andan buscando 25
soldaos, por un potro que 'bía carniao y lo van a llevar a la
policía engrillao.
Entonce
el zorro le 'bía vuelto a gritar:
Entonce
dice que el hombre 'bía alzao l'hacha y tanteandolé donde tenía la
cabeza el tigre, 'bía braciao y le 'bía metío un hachazo con todas
sus ganas y le 'bía partío la cabeza al tigre. Entonce dice que se
'bía largao una carcajada el zorro y 'bía salío retozando de
gusto. Y según dice todavía por áhi anda cazando perdices.
Presentación
Aguaisol, 35 años. Toroyaco.
Santa
María. Catamarca, 1959.
Campesina
nativa de la región, una meseta situada a 3100 m de altura.
Cuento
372. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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