Diz
que el cuervo 'taba yendo al cielo, al cielo boda. Y es qui había
salíu el zorro y es qui li había dichu:
-No,
compagre, usté me va hacer pasar por bochornos. Y no lo puedo
llevar, compagre, me va a hacer pasar vergüenza.
Y
es qui había subíu el zorro. Y es qui habían llegau al cielo. Y en
el cielo lu había hecho sentar frente a la puerta. Y ya si han
sentau a la mesa los novios y los pagrinos. Si han puesto en la mesa
y él 'taba ahicito, al láu 'el compagre. Y lu han invitau a comer.
Y que los invitaus tiraban los güesos y entonces él que ya 'taba
por salirse, porque le gustaban mucho los güesos, pero pensaba que
el compagre li había dicho que no le haga pasar vergüenza. Y en eso
tiraron un güeso más grande, un güeso más carnudo, y entonce qui
ha saliu brincando ya. Y ya si ha enojau el compagre, porque ya li ha
hecho pasar bochorno el zorro. Y ya pa la güelta no li ha querido
trayer. Y ya ha pasau la boda. Y el cuervo si ha güelto y no lu ha
trayido al zorro, lu ha dejau botado.
El
zorro si ha ido y ha cortau cibincas y que si ha simbau una soga
grande. Una amarra bien grande que si había hecho. ¿Y quí había
hecho con la comida de la boda?... Que si ha ido guardando de toda
cuestión de habas, maíz, papas, trigo, quínua, y manzanas,
naranjas, duraznos. Y después que si ha venido y ha trayido todo. Y
después que si ha atau de la centura, y que si ha amarrado de un
monte, que si ha largau él. Y es qui cuando él se 'taba largando es
que 'taban viniendo los loros por áhi. Y di que había gritau el
zorro:
Y
los loros, qui han estado pasando, qui han vuelto a encararlo y li
han cortau la amarra. Y entonce qui ha gritau el zorro a los hijos:
-¡Hijos,
tiendan chuses! ¡Hijos, tiendan pullos! ¡Hijos, tiendan colchones!
¡Dios Padre 'tá cayendo!
Y
nu han tendíu nada. Y es qui ha cayíu. Y es que si ha matau, y ha
rociáu todo el campo con lo qui ha trayido. Y por eso esas cosas,
esas comidas 'tán aquí, en todas parte. Son las cosas que ha
trayido el zorro del cielo. Tenimos áura máiz, quínua, habas,
papas, frutas, po.
María
Mamaní, 40 años. Yavi. Jujuy, 1952.
La
narradora no habla quichua pero conserva hábitos lingüísticos del
antiguo bilingüismo castellano-quichua de la región, en donde
también se ha olvidado el quichua. Es de familias collas de viejo
arraigo en este pueblo histórico de la Puna. Ha cursado algún grado
de la escuela primaria del lugar.
Cuento
543.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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