Resulta
de que la chuña 'taba un día a la orilla del río y pasaba por áhi
el zorro y le dice:
-Estoy
esperando que se haga hora. La modista me tiene que traer el vestido
para irme a una fiesta que hay en el cielo.
-Hay
un casamiento. No sé quien se casa -dice. Creo que el tero con la
paloma, no sé -dice. No sé cual es el casamiento, pero hay una
fiesta grande.
-De
cualquier forma nos arreglamos. Llevame a la fiesta, yo tengo muchos
deseos de ir a ese convite.
-Bueno,
mirá -dice. Te va llevar el cuervo que es más forzudo que yo. Llevá
tu guitarra. Te meté dentro de la guitarra y el cuervo te va a atar
bien en su lomo y te va llevar.
Así
hicieron. El zorro se metió en la guitarra y el cuervo lo llevó.
Cuando
llegó al cielo, ¡qué!, era una fiesta con abundancia de todo. Y el
zorro diciendo chistes, haciendosé el gracioso, en fin, haciendo lo
posible de ser simpático. Agarraba la guitarra, cantaba coplas.
Tocaba el erquencho. En fin, todo lo que podía hacer, hacía el
zorro. Pero lo otros animales, pícaros, le daban de tomar. Mesa que
se acercaba, mesa que al zorro le daban de tomar. Entonce se agarró
una borrachera espantosa. Y el cuervo lo apuraba:
Y
el zorro si ha quedau borracho durmiendo en el cielo. Cuando se ha
despertado, lu han ayudado a que se largue en una soga. Se ha venido
bajando cuando han pasado unos loros. El zorro pícaro los ha
insultado y los loros li han cortado la soga y él ha cáido y si ha
muerto despedazado.
Delia
Corvacho de Saravia, 46 años. Humahuaca. Jujuy, 1970.
Cuento
542.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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