Era
una apuesta que hizo un sapo con un zorro. Tenían que correr una
cantidá de metros. Lo único que exigía el sapo es que fuese al
oscurecer.
Entonces,
en la raya, largan la carrera. Y el zorro sale muy rápido, pero ve
que delante de él va saltando el sapo. Así llegan a la raya, y
cuando llegan, ya 'tá el sapo esperandoló. No se podía esplicar
nunca el zorro lo que había ocurrido, y era que el sapo buscó una
cantidá de compañeros y los ponía a dos metros de distancia y
siempre iban saltando delante del zorro. Así ganó la carrera el
sapo.
Marcos
Aguirre, 58 años. Azul. Buenos Aires, 1969.
El
narrador oyó este cuento en el fogón de una estancia cuando era
niño.
Cuento
499.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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