El
zorro andaba con hambre y buscando qué comer. En eso ve que un toro
gordo andaba muy tranquilo, pastiando por el campo. Como el zorro vio
que el toro tiene los güevos grandes y la parte di arriba, que los
sostiene, es un cuero finito, vio que llevaba colgando esto y entonce
dice:
Y
lo siguió muchos días. Y cada día le parecía que ya se le cortaba
y seguía y seguía di atrás. El toro andaba siempre tranquilo y no
sabía que el zorro lo seguía. Y si aburrió de seguirlo y no se le
cortaba. El zorro se puso flaco siguiéndolo y no se le cortaba pa
comerseló. Y si aburrió de seguirlo y cuando ya no podía casi
caminar de flaco, tuvo que dejarlo al toro porque no se le cortaba lo
que él esperaba para comer. Y ha dicho que esa carne no le gusta.
Antonio Tieri, 72 años. Azul. Buenos Aires, 1969.
Antonio Tieri, 72 años. Azul. Buenos Aires, 1969.
El narrador ha trabajado toda su vida en las tareas del campo.
Cuento
361. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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