Una
vez venía el churi a los trancos, y con desprecio s'hizo que no lo
vía al sapo y medio lo pisó.
El
churi si ha puesto a reir y li ha dicho que apruente la cancha y la
carrera pal otro día. Y han buscau los jueces y han marcau la
cancha. El sapo ha elegíu una cancha toda con pastito. Ha buscau a
todos los sapos amigos y los ha enfilau, escondidos en el pasto por
donde iban a correr.
Al
otro día largaron la carrera. Al principio el churi corría
despacio, pero vio que el sapo saltaba adelante. Largó toda la furia
y lo mismo el sapo le ganaba adelante. Llegó a la raya y ya 'taba el
sapo. Y los jueces le dieron el fallo qui había ganau. Todos se
sorprendían. Como los sapos son todos iguales no lo descubrieron. Y
áhi lo jodió no más al churi que lo quería pisotiar al sapo
porque era chico.
Arcelio
Contreras, 63 años. Villa Iglesia. San Juan, 1951.
Campesino.
Buen narrador.
Cuento
482.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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