Después
que el suri perdió la carrera con el sapo, lo desafió también para
una carrera, la garrapata. El suri acetó. 'Taba seguro, ¡claro!,
que qué podía correr la garrapata. Jugaron con la condición de que
el que se sentara primero en una silla qu'iban a poner en la raya,
ése ganaba.
El
día de la carrera, el juez de raya, como no la vía a la garrapata,
le dijo que avisara cuando 'tuviera lista. La garrapata sube por la
pata del suri, se coloca en la cola, y grita que 'tá lista. Y se
larga la carrera. El suri corrió sin darse mucho apuro. Llega a la
raya, da la güelta para sentarse en la sía y áhi le grita la
garrapata:
Rosario
Gómez, 65 años. San Vicente. Córdoba, 1952.
La
narradora es mujer del pueblo. Oyó contar muchas veces el cuento.
Cuento
490. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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