Una
vez se desafiaron a una carrera el avestruz y el sapo. El avestruz
por reírse del sapo le dijo:
Entonce
el sapo buscó varios sapos y los empezó escondé en la oría 'el
camino. Era una calle por donde corrían. Entonce el avestruz le
dijo:
Bueno...
Disparó el sapo. Los saltitos, los saltitos... Corrió el avestruz.
Quedó parado. Y áhi cerca se le perdió el sapo. Se escondió él.
Y le pegó corriendo juerte el avestruz. Sale el sapo adelante d' él,
pongalé no más. Lo pasó un poquito y volvió esperá. Y lo dejó
que pasara. Cuando pasó el avestruz, el sapo se volvió escondé. Y
le pegó el avestruz a toda velocidá. Y 'taba por allá lejo. Ya lo
divisó al sapo dele salto y salto no más adelante.
Y
así, el sapo le puso a la oría del camino varios sapos, y de esa
forma el sapo le ganó la carrera al avestruz.
Julián
Aguilera, 65 años. Las Barranquitas. Pringles. San Luis, 1971.
Cuento
486.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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