Era
un señor hacendado que se dedicaba mucho a la crianza de gallinas y
para cuidarlas a ellas crió un guardián, un perro que le era muy
fiel.
Y
va el señor zorro y se hace amigo del perro. Y el zorro lo instaba
mucho a que comiesen una gallina en una forma que él le iba a decir.
El perro se asustaba, pero el zorro lo instaba tanto que al fin al
perro le sacó el sí. Le decía que el patrón dormía tarde y no
sabía cómo iban hacer. Bueno, el perro quedó en llevarle al zorro
una gallina, así no entraba él al gallinero, y le dijo a la hora
que se la iba a llevar, y qué noche. Entonce, el zorro le dijo al
dueño, porque tenía interés que al perro lo maten:
-Vea,
señor, usté me tiene mucha desconfianza. Usté cré que yo soy el
que roba las gallinas. Mire, el que roba las gallinas es el mismo
guardián y se lo voy a probar. Tal noche a tal hora usté lo va a
ver al guardián salir del gallinero con una gallina.
El
amo se puso en cuidado en un lugar estratégico para ver si lo que
decía el zorro era cierto. Cuando llegó la noche que decía el
zorro, el señor lo ve al perro que sale con una gallina. ¡Ave
María! ¡Pobre perro! Lo ve y lo dejó que vuelva. Cuando vuelve le
dio el castigo capital, lo mató.
Y
entonce el zorro lo convenció al señor de que el que debía ocupar
el lugar era él, el zorro, y que él le iba a servir de guardián
mejor que el perro, cuidando las gallinas.
Bueno...
Muerto el perro, el hombre lo remplazó con el zorro. El zorro lo
engañaba al hombre que cuidaba muy bien las gallinas, pero era al
contrario, se comía todos los días unas buenas cazuelas. Al cabo de
un mes, el gallinero estaba enteramente vacío y el guardián se fue
y el hombre no lo vio más. Y así le fue al perro porque se dejó
engañar con el zorro, y después al hombre que también desconfió
del perro y le creyó al zorro. Los dos salieron mal.
Juan
C. Ruarte, 66 años. Villa General Roca. Los Manantiales. Belgrano.
San Luis, 1948.
Cuento
447. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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