Habían
sido el avestruz y la garrapata. Se habían puesto de acuerdo para
correr una carrera, pero antes, la garrapata había hecho subir otra
garrapata en las ancas del avestruz, cuando éste ni cayó en cuenta,
desde las patas. Y se pusieron a la par el avestruz y la garrapata.
¡La maula!, habían salido corriendo carrera. El avestruz corría
como tonto, y a una distancia como de dos kilómetros, dos sillas
estaban puestas para que se siente el que gane. El avestruz corría
muy ligero, y corriendo llegó y se sentó. ¡Carajo!, la garrapata
había venido en el jamón, y le dijo:
Jacinto
Carpio, 69 años. Villa Salavina. Santiago del Estero, 1951.
El
narrador relata en español con la misma naturalidad con la que ha
dado su versión quichua.
Villa
Salavina, centro de la zona quichuizante de Santiago del Estero, es
uno de sus pueblos más antiguos.
Cuento
480 b.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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