El
Tzu Puh Yu refiere que en la profundidad de las minas viven los ciervos
celestiales. Estos animales fantásticos quieren salir a la superficie y para
ello buscan el auxilio de los mineros. Prometen guiarlos hasta las vetas de
metales preciosos; cuando el ardid fracasa, los ciervos hostigan a los mineros
y estos acaban por reducirlos, emparedándolos en las galerías y fijándolos con
arcilla. A veces los ciervos son más y entonces torturan a los mineros y les
acarrean la muerte.
Los
ciervos que logran emerger a la luz del día se convierten en un líquido fétido,
que difunde la pestilencia.
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