En China
el término «contradicción» se traduce literalmente como «La lanza y el escudo»,
porque hay una graciosa historia sobre esta paradoja.
Un
vendedor de lanzas y escudos vociferaba en el mercado pregonando sus
mercancías:
-¡Miren
qué lanzas traigo! Resistentes y afiladas como ninguna arma. No hay nada que
aguante su inigualable filo. ¡Menudas lanzas son éstas!
Algunos
curiosos se detenían frente a su puesto para observar las lanzas. Al cabo de un
rato, el vendedor volvía a pregonar, y ahora el género que alababa era el
escudo.
-¡Vamos
a ver! ¡Qué resistentes son mis escudos! Tan fuertes como una fortaleza.
¡Defensa segura, infalible! ¡No hay nada que los pueda perforar!
Uno de
los curiosos se puso a reír y propuso al vendedor:
-Entonces,
¿qué sucedería si cogiera usted sus lanzas para atacar a su escudo?
El
vendedor se quedó con la palabra en la boca sin saber qué contestar.
Como
dicen los grandes maestros, es difícil servir a dos amos a la vez.
005. Anonimo (china),
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