Había una zorra que andaba
siguiendo al tigre pa comer lo que dejaba. La zorra andaba por parir. Entonce
el tigre dijo que l'iba a comer porque lo seguía. Entonce que le dijo la zorra:
Y cuando nació el zorrito se lo
llevó a la casa de la señora del tigre. Que ellos jueron los padrinos y le
pusieron Juan García, y se quedó en la casa de ahijau y de sobrino.
Y llegaron a la represa. Y que se
subió Juan arriba di un monte a devisar qué animales venían al agua. Que el
tigre 'taba escondíu pa cazar.
-Allá viene una majada di ovejas
-dijo el zorro. Viene un carnero gordo que se le mueve la capadura.
Y cuando llegó el potro al agua le
tiró el salto y lo mató. Y áhi no más se puso a carniarlo y iba comiendo. Y que
di arriba del monte le principió a pedir Juan:
-Tía tigra, esta carne se la manda
mi tío tigre. Que la haga de comer
y me dé a mí. Y que después durmamos los dos.
Y que comieron la carne asada y que
'taban durmiendo juntos, y que venía bramando el tigre. Y que le dice el zorro
a la tigra:
Y ya se enteró de todo el tigre y
lo salió a buscar. Y que después de mucho andar lu encontró durmiendo en un
pajonal.
Y que antes de matarlo lo quería
hacer sufrir. Y que agarra una pajita y se la pasa por la boca. Y que decía el
zorro, durmiendo:
Eran unas vizcacheras y áhi podía
meterse en una cueva. Y que estaba pasando por la playita y se metió el zorro
en una cueva. El tigre lu alcanzó a agarrar de la cola y áhi lo tenía.
Y se quedó el tigre esperando que
salga para matarlo. Y que 'taba el pájaro arriba di un monte, áhi y que el
tigre le dice:
Y güeno, se enteró el tigre de lo
ocurrido y salió a buscar al zorro. Y después de muchos días lo encontró
descuidado y lu agarró. Y que le dice:
Y el zorro cuando se vio perdíu le
pidió perdón, pero el tío tigre le dijo que ya no lo perdonaba más.
-Si salgo por la boca, me va
mascar. Si salgo por la nariz me va ventiar. Si salgo por los óidos me va
sentir. Si salgo por los ojos me va ver. Si salgo por las manos me va a
manotiar. Si salgo por las patas me va patiar. Si salgo por el ocote me va
cagar.
Y que l'hizo un tajito en la panza
y sacó una patita. Y que l'hizo un tajo grande y que se cayó y salió disparando
Juan. Y que se paró a ver si lo corría el tigre. Y el tigre áhi 'taba herido,
que no se movía. Y que se jue a las casas de él, adonde 'taba la madre, y que
llega y saluda.
Y que jueron. Y que subió Juan al
monte. Y en eso venían unos potros. Y se tiró Juan sobre un potro. Y salió
disparando el potro con él arriba. Y que la madre asustada le gritaba:
Y áhi se quedó el zorro crendo que
él era tan capaz como el tigre de matar animales. Claro, comu es tan palangana el zorro, y con la picardía lu había vencíu al tigre, ya si ha créido de más.
Servando Palacio, 14 años. Los
Algarrobos Blancos. La
Capital. San Luis, 1940.
El narrador oyó contar este cuento
muchas veces a la abuelita, Otilia Albornoz, de 80 años de edad. Caso raro
entre los niños y los adolescentes, este muchacho demuestra sobresalientes
condiciones de narrador.
Cuento 144. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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