Que han ido a una aguada el tigre y
el zorro. Y han hecho carne. Que le ha dicho el tigre al zorro que cuide qué
animales caen al agua, mientras él duerme, y se tiró en el suelo. Que primero
caeron unos chivatos al agua.
¡Qué pucha!, tenía tanto hambre el
zorro que ante que el tigre la agarre a la vaquillona ya se le había prendíu de
la cola. Claro, de una patada lo tiró lejo. Y quedó descompuesto el zorro. Y
bueno, hasta que se ha enderezado y se ha compuesto el zorro, el tío ya había
carniau la vaca. Y que le dice:
-¿Qué te pasó, hombre? Mirá como yo
con poca facilidar la hi carniau solo -le dice el tigre renegozo ya.
Y bueno, ha almorzau el tigre, y no
le a dau nada al zorro, y el zorro le ha comenzau a pedir, que 'taba muerto de
hambre:
Después le ha pedido la vejiga. Y
ése se lo ha dado. Y bueno, el tigre ha comíu y si ha acostau a dormir y lo ha
puesto al zorro que cuide la carne, no vaya a venir algún cuervo a comer. Y
bueno, que el zorro ha soplau la vejiga y se ha puesto a pillar moscas y la ha
llenau con moscas. Ya 'taba el bramerío de las moscas en la vejiga. Y con el
mayor cuidau lo ha atau a la vejiga a la cola del tigre. Y lo despierta, y es
que le dice:
Y bueno, el zorro ha disparau un
trecho corto no más y se ha escondíu, y se ha vuelto a comer. Y el tigre dele
disparar no más. Y como dos o tres ocasiones se paraba y se oyeba,
y salía disparando, creendo que ya lo venían alcanzando. Hasta que ha ido muy
lejos recién se ha parau y se ha mirau la vejiga en la cola.
Y mientra eso, el zorro se ha
vuelto a almorzar. Y áhi corta el pecho y se ha ido a la casa del tigre y le
dice a la tigra:
-Vea, tía, aquí le ha mandau el tío
tigre el pecho, y me ha dicho que le diga que ase el pecho, lo comamos y que
durmamos los dos.
-Tengo que ir temprano -le han
contau ande han carniau- tengo que ayudarle a mi tío a trair la carne.
En cuanto se ha ido el zorro ha
llegado el tigre. Entón
le dice la tigra, le cuenta lo que li ha dicho el zorro, la picardía que les ha
hecho. Y áhi ha salíu el tigre siguiendoló al rastro para alcanzarlo. Y áhi es
ande va y lo halla durmiendo. Y áhi ande agarra una pajita y le hurga la nariz.
Claro, el zorro mal dormido que dice:
-Estas moscas de mierda no me dejan
dormir. Y tengo tanto sueño, dispués que hi comíu el pecho gordo asado y hi
dormíu con mi tía.
Y claro, como tres ocasiones dijo
lo mismo, y áhi se ha dispertau el zorro, y lu ha visto, y éste ha estau en la
puerta de una cueva, y se perdió en la cueva. Y áhi es ande el tigre lo agarró
de la cola pa sacarlo. Y entón que el zorro le decía:
Y tanto le dijo el zorro que era un
raigón que lo soltó el tigre, que ya le arrancaba la cola.
Y entón, calculando que el tigre
iba lejo, que se allega
el zorro juntito a la puerta de la cueva y le dice:
Y entón que el caranchi ha abierto
grandes los ojos. Entón que el zorro le tiró un puñau de tierra en los ojos, lo
dejó ciego, y se mandó a ir. Y lo ha dejau al caranchi ciego, hasta que se ha
compuesto, y claro, ande andaría ya el zorro.
Clemente Eraso, 46 años. San
Antonio del Cajón. Santa María. Catamarca, 1951.
Cuento 121. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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