Diz que el quirquincho y el zorro
iban juntos por un camino. Y diz que han visto que venía una vendedora de pan
con una tipa en la cabeza llenita de pan recién horniao. Y que ha dicho el
pichi:
-Mire, po, compadre, esa vendedora
vende pan 'i mujer.
¿Cómo haremos pa sacarle algún pancito de la tipa? ¡Ah, ya sé!
Y áhi si ha hecho el que 'taba duro
de frío y si ha quedado en el camino como medio muerto, enroscadito. Y li ha
dicho al zorro que se ponga cerca y que mire qué pasa. Y diz que ha llegao la
vendedora y si ha puesto contenta, y es que dice:
-Con el frío di anoche este pichi
si ha quedao tiritando, y ya 'tá casi muerto. Y me viene muy bien pa la cena,
que 'toy sin carne en las casas. Al rescoldo lo guá asar. Y 'tá bien gordito.
Y diz que la vendedora lu ha alzao
al quirquincho y lu ha puesto entre los panes calientitos, recién sacados del
horno. Y áhi sin hacer ruido, el pichi ha ido comiendo. Y diz que el zorro lo
seguía por la costa
del camino. Y el pichi l'iba tirando pa que coma el compadre. Cuando ha comío
casi todo el pan, ha pasau la vendedora por abajo di un árbol de muchos gajos y
el pichi si ha agarrau de los gajos. Después si ha bajao y si han juntao los
dos compadres muy contentos. Y ha dicho el zorro qui al otro día a él le toca
sacar el pan.
Diz que la pobre vendedora ha bajao
la tipa pa entregar el pan ande lo vendía y si ha encontrau sin nada. Ahi si ha
dao cuenta que el quirquincho es el que li ha comíu el pan. Y si ha ido muy
triste a las casas y les ha avisao a los hijitos lo que li ha pasao.
Al otro día ha güelto con el pan,
la vendedora, y los dos compadres 'taban en el mismo camino esperando. Ahi ha
ido el zorro y si ha puesto como helado, po, hecho una bola. Y la vendedora
cuando lu ha visto al zorro ha dicho:
-'Tá medio muerto este zorro de
frío. Yo lo guá acabar de matar pa que nu haga tanto daño, como hace este bicho
tan jodido.
Ahi ha buscau un palo y li ha
empezao a darle unos tremendos garrotazos. Y áhi se li ha pasau el frío al
zorro y ha salíu huyendo, casi muerto, los gritos: ¡Guac!... ¡Guac!...
Dominga Lescano, 48 años. Quimilar.
Ojo de Agua. Santiago del Estero, 1951.
Lugareña rústica, vendedora de pan
y roscas. Es una buena narradora.
Cuento 9. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 030
No hay comentarios:
Publicar un comentario