El zorro, cuando vio la preocupación del león, del puma, por
cuidar sus hijos, él se ofreció como
maestro para tenerlos en su cueva y educarlos. Acepta el trato el león y se
compromete a suministrarle alimentos al zorro, juntamente con sus hijos.
En un comienzo, el león
encontraba presas fáciles, y permanentemente le llevaba carne. Y es así como el zorro vivía en la cueva con los hijos del león, bien comido,
por supuesto.
Pero, empezaron a escasear
las presas en el lugar, y el león no llevaba provisiones. Y lo que hizo el
zorro comerselós uno por uno a los hijos del
león. Y di áhi dice que desde ese entonces, cuando fue a buscar sus hijos, se
encontró con que el zorro los había muerto. Y de ahí la enemistá manifiesta que
existe entre el zorro y el león.
Manuel José Victoria, 50
años. Santiago del Estero ,
1970.
El narrador, inspector
de escuelas, conoce numerosos cuentos que ha oído narrar en toda la provincia.
Cuento 89. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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