Diz que un día el tigre había matao una res y la había
enterrao.
-Tiíto, diz qui viene un
viento muy juerte y viene voltiando árboles y casas, y pa podese salvá hay que
atase en el tronco di un árbol.
El tigre creyéndole al zorro se dejó atar por el
zorro, al tronco di un árbol bien grueso. Cuando estuvo bien atado, el zorro se
rio y le dijo:
Diz que el tigre bramaba de rabia,
pero nu ha podíu hacer nada. El zorro ha comíu hasta que si ha puesto panzón y
ha seguío camino.
Diz que después de unos
cuantos días la tigra lu ha salíu a buscá al tigre y lu ha encontrao casi muerto di hambre
y lu ha desatao.
Diz qui el tigre si ha puesto en
cama, enfermo. Ha quedau hasta qui ha mejorao y ha salío a buscar al zorro pa
matalo.
Vicente Suárez, 67 años.
Viclos. Leales. Tucumán, 1953.
Campesino rústico.
Nativo del
lugar.
Cuento 113. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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