Había una señora que s' iba a
amasar de su domicilio a otro. Quedaba distante, ¿sabe?
-Callate no más, ya cuando vuelva
di allá, yo me guá hacer el muerto -dice el quirquincho. Va a venir con el pan
y me va echar al canasto y yo te guá comenzar a largar el pan pa atrás.
Y sigue el quirquincho, dele, y el
zorro atrás. Y le iba largando pan, dele no más. Y el zorro dele, dele, dele,
dele... El quirquincho le largaba y el zorro lo pillaba áhi. Bueno... se va
ella. Claro, casi le terminan el pan, hasta que ella llega al domicilio de
ella. Y áhi va el quirquincho. Y ya al pobre quirquincho lo baja ella de la
tipa, ¿no?, con pan, y dispara el quirquincho y se esconde. Bueno...
Bueno ... Sale el quirquincho
di allá. Que le dice:
-Agarresé usté -dice, llevesé un
perro galgo. Ateló arriba. Y güelvasé a amasar -dice. Y me lleva a mí también y
entonces yo le voy indicar adónde va salir mi compañero. En vez de largar el
pan, le vamos a largar el perro -dice.
Y le larga un galgo. Áhi lo saca...
a todo escape. Ya lo pillaba. Ya lo tenía cerca 'e la cueva, ¿sabe? Y se entró
en la cueva.
Bueno... Y lo que había disparau,
si había pasau de hediondo, el zorro, por la cola. Y si ole, y que dice:
Eulogio Tejada, 68 años. Villa
Unión. General Lavalle. La Rioja ,
1968.
Peón de campo, iletrado, pero
inteligente. Gran narrador. Variante del cuento tradicional argentino, con el
agregado del último motivo, que se encuentra en otros cuentos y es muy antiguo:
el zorro en la cueva.
Cuento 14. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 030
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