El zorro vivía lo más con la tía
liona y el tío lión. El tío lión era muy trabajador y cazaba mucho y comía
mucha gordura y tráia pa la tía liona, pa l'esposa. Y al zorro le gustaba, como
ha síu su sobrino, y ha síu muy flojo, y él comía cuando hacía carne el tío. Y
entonce le tráia a la zorra, a la casa de los zorros. Vivía comiendo del
trabajo del tío. Entonce ya se puso bien gordo y la zorra tamién. El zorro se
llamaba Juan y la zorra Juana. Comían ambos. Y entonce dice que una vez l'hizo
mal la mucha gordura y dice que l'anoticiaba a la señora Juana:
Y se quedó ande la tía, bien
machado. Y entonce comían y chupaban ambos. Entonce a deshora de la noche en
vista de que no venía el tío lión, si había dormido con la tía liona. Y después
si había levantau y si había ido por áhi cerquita no más. Al aclarar el día
llegó el tío lión. Lu encontró durmiendo al sobrino cerquita de las casas. Dice
que se apegó despacito y tomó pajas. Diz que dice:
No lu llevó el apunte. Roncando diz
que 'taba. Entonce li había comenzau a jurgar
por la cara y por todos lados de la cara. Y entonces diz que hacía con las
manos, que se sacaba las pajitas, y diz que decía:
Anochi nu hi dormíu nadita
por dormir con mi tía la lionita.
Mas, sí que li había vuelto a
punzar. Otra punzadita. Y entonce que abrió los ojos, y saltó una distancia
larga, y el tío lión comu es tan gordo no lo pudo alcanzar. Entonce llegó a la
casa que estaba durmiendo la señora liona. Y que dice:
-¡Cómo va a ser esto! ¡Yo li hi
encontrau durmiendo al zorro y mi ha dicho qui ha dormíu con la tía liona!
Y si acomodó de tráir todo pal
muerto. Mandaron a tráir muchos licores, bebidas, y tuvieron de todo, las
mismas veces di un muerto.
Llamaron a los compagres. Y lo mandaron llamar al sobrino. Y ya li han dicho:
Y él dice que contestó:
Venían otros compagres. Pero él
vino ya cuando llevaron licor. Vino machadito. Recién si animó a venir.
Y li hicieron llegar l'invitación a
que pasara adentro ande 'taba el cadave, el cuerpo presente. Y él decía:
-Yo soy como el cuervo negro
que me gusta la carne cruda
levantesé tiíto,
lo llevaremos a la sepoltura.
Y entonces que decía:
-Vaite volando tío, al cielo,
Pero si usté no 'tá muerto
Y nu había 'táu. Y el sobrino
lloraba y hacía chistes, pero no entraba. Y volvía a rezar un largo tiempo.
Como una hora, rezaba. Y 'taba bien machadito.
Y el tío al no poder soportar las
risotadas y chistes si ha réido y el otro salió disparando. Y de lejito que
dice:
-Alma viva yo nunca le sé rezar.
Y se mandó a ir y nunca lo vieron más.
Crispín Churquín, 56 años. Yavi.
Jujuy, 1952.
El narrador es pastor indígena.
También es indígena su apellido. Su lenguaje es típico de los rústicos puneños;
no habla quichua pero conserva modos del antiguo bilingüismo regional.
Cuento 216. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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