El tigre
había cazao una vaca y la 'taba carniando. El zorro le 'taba ayudando. El zorro
se moría di hambre y le pedía al tigre
que le diera un pedacito de carne. Pero el tigre le negaba todo.
El tigre ,
pa que el zorro no comiera nada, ha pasao toda la noche cuidando la presa, pero
al día siguiente, como
'taba desvelao, si ha dormío muy juerte. Entonce el zorro le ha sacao la vejiga
a la vaca, la ha inflao y la ha llenao de moscas. Despué ha ido despacito y se
la ha atao en la cola del tigre . Y áhi lu ha despertao:
El tigre sintió el bramido de las moscas y ha
salío disparando. Y ha disparao muy asustao y si ha ido muy lejo. Entonce el
zorro si ha puesto a comé muy tranquilo la vaca carniada, que 'taba gorda y muy
tierna. Y así li ha ganao al tigre
mezquino y avariento.
Sabina de Mamaní, 60
años. Benjamín Paz. Trancas, Tucumán, 1964.
Cuento 112. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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