Había ido el tigre a una fiesta, y
viene el zorro y lo provoca. Al verlo le dijo al tío:
Salió corriendo el zorro y el tigre
salió de la fiesta y lo persiguió, pero no lo pudo alcanzar. Perdió la fiesta
el tigre y casi se murió de cansado de tanto correr.
-Bueno... Entonces el tigre esperó
otra ocasión y se hizo el muerto. Se dio la noticia que el tigre se había
muerto. Y lo llamaron al zorro que viniera al velorio. Llegó el zorro al
velorio a caballo de un ñandú y llevaba una gama
de tiro. Llevaba esos dos caballos ligeros porque se daba cuenta que era una
mentira del tigre.
Llegó el zorro al velorio y lo
invitaron a entrar. El zorro se quedó cerca de la puerta, a caballo no más. Y
como desconfiaba dijo:
El tigre se tiró uno y el zorro
dijo:
Y salió disparando. Y se levantó el
tigre y lo corrió, pero como iba con caballos tan ligeros no lo pudo alcanzar.
Vicente Mentasti, 80 años. Paraná
(Barrio de la Costa ).
Entre Ríos, 1970.
Cuento 178. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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