Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

domingo, 10 de junio de 2012

Dos monjas quieren ser confesoras

219. Cuento popular castellano

Eran dos monjas que fueron ande el señor obispo a pedirle permiso para confesar, pues decían que lo más propio era con­fesar las mujeres a las mujeres. Y el señor obispo les dijo que no podía ser, que las mujeres eran muy habladoras, que todo estaría en la calle. Y ellas dijon que por qué, que no, que guar­darían los secretos lo mismo que los hombres.
-Bueno, bueno... Si ustedes se empeñan, lo miraré a ver, y ya veremos a ver si se arregla para ser ustedes confesoras. Pero antes tengo que consultarlo con el Padre Santo... Y mientras tanto van ustedes a hacerme un favor. Van a llevar una cajita, que les voy a dar, al señor obispo de Salamanca. Se la entregan a él mismo, al mismo obispo, y le dicen ustedes que de mi parte le entregan ese regalito.
Y les entregó una cajita, cerrada con llave, la llave de la caja, y una esquela del objeto que llevaban, para que la entregaran con la caja. Pero les mandó que aunque les daba la llave, que no mi­raran ellas la cajita ni la enseñaran a nadie.
Y ya ellas, por el camino, todo se les volvía:
-¿Qué será? ¿Qué haremos? ¿Lo miraremos? Como llevamos la llave, lo abrimos, y no lo sabrá nadie.
-Pues, ¡a mirarlo!
Lo abrieron, y, al levantar la tapa, salió un ruinseñor y se les fue volando. Y al volárseles dice una de las monjas, ya aturdida:
-¿Qué haremos ahora? ¿Le entregamos la caja al señor obispo? Y dice la otra:
-No tenemos otro remedio que entregársela. Si no, quedamos en una fealdad.
Llegaron y entregaron la cajita al señor obispo, diciéndole:
-Ahí tiene usted este regalo que nos ha dao para usted el señor obispo de tal parte.
Destapó, abrió, y no había nada.
-¿Qué es lo que me traen ustedes? Miró la esquela.
-Pero, ahí no viene lo que dice esta esquela.
Y les devolvió la cajita, diciendo:
-Tengan ustedes. Se la devuelvan a ese señor obispo y le digan que el objeto que pone en la esquela que no viene. Conque así lo hizon. Le llevaron la cajita al señor obispo,
y les dijo:
-Pero, ¿qué han hecho ustedes, que no ha llegao el pájaro? ¿Qué han hecho ustedes?
Pues, confesaron el hecho:
-Señor, que hemos tenido la debilidad de abrir la cajita, y se nos ha volao el pájaro.
-¿Ven ustedes? Pues, ¿cómo van a ser confesoras si no pue­den tener un secreto?

Astudillo, Palencia.
Narrador XXIV, 14 de mayo, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058 anonimo (castilla y leon)

No hay comentarios:

Publicar un comentario