Había
un zorro y un peludo. El peludo andaba con mucho hambre, no tenía
qué comer. Y divisó que venía un sulqui, y tráiba una bolsa de
máiz. Entonce él cavó ligero, en la buella, bien hondito y él se
puso abajo. Cuando venía pasando el sulqui, medio hinchó el lomito
y se volcó el sulqui pa l'otro lado, pal lau 'e la cueva. Entonces
se le reventó la bolsa 'e máiz. Entonces el dueño levantó el
sulqui, levantó el máiz, pero quedó mucho máiz tirau. Entonce el
quirquinchito se puso a comer.
-Y,
venía el sulqui cargau con máiz, hice una cueva, en la huella, me
pongo abajo, cuando iba pasando le hinché el lomo y se lo volqué. Y
vos que sois más grande, ya va a venir el carnicero, podés hacer lo
mismo.
Y
viene el carnicero, en una jardinera, y pasó por encima del zorro.
Cuando quiso hinchar el lomo lo reventó. Le reventó la cabeza.
Quedó muerto por envidioso.
Julián
Aguilera, 65 años. Las Barranquitas. Pringles. San Luis, 1971.
El
narrador actualiza el cuento al cambiar la carreta antigua por el
sulqui y la jardinera, que no responden al efecto de la narración
tradicional.
Cuento
306.
Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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