Un
día 'taba un carnero comiendo fruta de chañar abajo de unos
chañares cargaditos de fruta madura. Llegó un zorro y le preguntó
cómo hacía para bajar la fruta. Entonce el carnero le dijo que
l'iba a mostrar cómo hacía. Se retiró un buen trecho y di allá se
vino a todo lo que da, y le dio un tremendo topetazo con la cabeza al
tronco de un chañar. El árbol se cimbró y quedó el suelo lleno de
chañares; amarillando quedó el suelo. Entonce el zorro hizo lo
mismo. Se retiró, y de allá se vino a la furia y le dio un cabezazo
con toda la fuerza a un chañar. Y áhi se reventó la cabeza el
zorro y le quedaron blanquiando los sesos. Y así el carnero se libró
del zorro, que siempre tiene mala intención.
Rosario
de Gil, 59 años. Chischaca. La Capital. San Luis, 1929.
Lugareña
que no ha salido de su región. Aprendió el cuento de su padre, que
era muy buen narrador.
Cuento
423. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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