Andaban
pasiando un avestruz con un zorro. El zorro andaba interesado en
comerlo al avestruz, pero claro, no podía. Un día le dice el zorro
al compañero:
-¡Cómo
te quedarían de lindo las botas de potro con el calzoncillo tan
blanco que tenís! Yo que vos mi hacía hacer unas lindas botas pa
las fiestas.
El
zorro se buscó un cuero y lo puso a remojar. Cuando 'tuvo bien
blandito, hizo las botas y se las puso fresquitas al avestruz.
Entonce le dijo que se ponga al sol. El avestruz se puso al sol y lo
que se le endureció el cuero de las botas, no pudo caminar más y se
cayó al suelo. Áhi 'taba el pobre avestruz las patadas y clamando
al compañero que le saque las botas. Pero qué se las iba a sacar.
Áhi aprovechó y se lo comió. Tuvo varios días de comido y también
envitó a unos compadres d'él.
Gabriela
Romero, 64 años. El Sauce. Chacabuco. San Luis, 1950.
Campesina,
buena narradora.
Cuento
338. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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