Había
una vez un zorro y un carnero que se juntaron en el campo y
dispusieron irse a comer chañar.
Anduvieron
buscando y al fin encontraron un montecito de chañares llenos de
fruta. Entonces hicieron una apuesta a ver quién bajaba más chañar.
El
carnero eligió un árbol con mucha fruta. Se retiró un buen trecho
y vino con toda fuerza y le pegó con la cabeza un buen topetazo.
Como el carnero tiene tanta fuerza en la cabeza, cayó una gran
cantidad de fruta al suelo.
El
zorro quiso hacer lo mismo creyendo que él tenía más fuerza que el
carnero. Se retiró más lejos y se vino a toda carrera, y le pegó
un golpe con la cabeza a un chañar llenecito de fruta. Áhi el zorro
casi se reventó la cabeza, y casi muerto cayó al suelo.
Gabriela
Romero, 64 años. El Sauce. Chacabuco. San Luis, 1950.
Cuento
421. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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