El
zorro no se lo podía comer de ninguna manera al choique. Al fin lo
convenció de que se pusiera unas botas 'e potro qu'él l'iba hacer.
Y le buscó de muchas layas para que se las pusiera: qu'eran muy
lujosas para paseo, qu'iba correr más ligero, que todos l'iban a
tener envidia. Y le dijo:
Y
al fin el avestruz consintió, y l'hizo unas botas de potro, y se las
puso fresquitas al choique. Y lo puso al sol. Y se le comenzaron a
churrascar, y al fin se le secaron las botas en las canillas. Y el
choique no pudo levantarse más. Y cuando ya 'stuvo seco el cuero 'e
las botas, le dice:
Máximo
Reyes, 68 años. Las Cuevas. Tupungato. Mendoza, 1951.
Campesino
originario del lugar. Muy buen narrador.
Cuento
336. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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