Que
una vez embromó el burro al zorro que se cré tan vivo y tan astuto.
Que
don Bruno, el burro, dijo que él le iba a dar un buen escarmiento al
pícaro zorro que tanto daño hacía en el monte.
Que
un día el burro se tiró en el medio del camino, muy cerca de la
cueva del zorro, haciendosé el muerto. Al poco rato llegó don Juan,
y luego de convencerse de que el burro 'taba muerto, fue corriendo a
su casa a buscar los lazos y llamó a toda su familia para que le
ayudaran a arrastrar el burro a su casa. Vinieron la zorra y todos
los zorritos. Se ataron los lazos del medio 'el cuerpo y lo ataron al
burro de la cabeza, del cogote, de las patas, de todos lados, y
empezaron a arrastrarlo.
El
burro que hasta ese momento si había hecho el muerto, se levantó y
salió a toda carrera arrastrando a toda la familia del zorro.
La
comadreja, que estaba a la orilla del camino, cuando vio que al zorro
y toda la familia lo llevaban a la rastra al burro, ha créido que lo
querían sujetar ellos al burro, y que le decía al zorro:
dejesé
de esa porfía.
A
lo que el zorro ha contestado con voz cortada por los golpes:
si
el burro me dejaría.
El
burro ha descubierto así adónde andaban todos los lazos que se
perdían en el monte y ha dado un brinco y ha echado a correr con
todos los zorros atados hasta que los ha muerto y después ha
devuelto los lazos a los dueños.
Dorila
de Córdoba, 53 años. Libertador General San Martín. Ledesma.
Jujuy, 1953.
Cuento
402. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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