En
cierto lugar se juntaron una perdiz con el zorro. Y el zorro que
siempre le gustaba aparecer ser mejor que todos, le preguntó si cómo
hacía ella para tener hijos tan bonitos, tan overitos. Y la perdiz
le dice:
-Muy
sencillamente. Yo enciendo el horno, lo caldeo bien y encierro todos
los hijos dentro 'el horno. Y después giro alrededor del horno
diciendo: ¡Guagua pinta! ¡Guagua pinta! Y al cabo de un tiempo
salen los hijos bien overitos.
El
zorro lo hizo, y claro, se l'hicieron carbón los hijos. Se dio
cuenta de la burla de la perdiz y salió a buscarla. Y hasta el
presente la anda buscando para matarla.
Abdón
Castro Tolay, 67 años. Humahuaca. Jujuy, 1968.
Cuento
717 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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