Ésta
era una cabra que tenía siete hijitas. Y ella siempre salía al
campo a comer pastitos y a traile agua a los chivitos, a los hijitos.
Y
un buen día el lión entró, llegó, 'taban solos, y dentró el lión
y les cerró la puerta. Y ellos se escondieron en una mesita de luz,
otro en el ropero, otro abajo de la cama, para que el lión no se los
comiera.
Ya
se hizo tarde y llegó la cabra y golpió la puerta. Y le dice:
-Abranmé
la puerta, hijos,
que
traigo agua en las astas
y
leche en las tetas -les decía, ¿no?
Y
entonce dice el lión, di adentro:
-Yo
soy lión de la lionería,
si
dentraría,
te
comería -le dijo el lión.
Bueno.
Ella, la cabra, se fue a caminar por áhi y no encontró a nadie. Y
pasa una hormiguita y le dice:
-¿Qué
hacís cabra, que 'tás tan triste?
-Cómo
no voy a 'tar triste -dice- si ha dentrau el lión a mi casa y mi ha
comiú a mis hijitos.
Entonce
la hormiguita le dice:
-¿Cuánto
me vas a pagar si yo te lo saco al lión?
Entonce
le dice:
-¿Qué
lo que querés que te pague?
-Me
pagás... (en ese tiempo no eran carteras, eran costales de plata).
-Me
pagás un costal de plata -le dijo a la cabra.
-¿Y
cómo lo vas a sacar?
-Yo
sé como lo voy a sacar -dice la hormiguita, y se fue.
La
llevó la cabra a la hormiguita. Y llegaron. Dice:
Abranmé
la puerta, hijos,
que
traigo agua en las astas
y
leche en las tetas.
-Yo
soy lión de la lionería -le dijo el lión de adentro- todos los que
dentrarían, me los comería.
Y
dice la hormiguita:
-Yo
soy hormiguita del hormigal,
y
si me dentro adentro de tu colita,
ti
hago saltar -le dijo la hormiguita.
Bueno,
volvió a decirle la cabra:
-Chicos,
abranmé la puerta,
que
traigo agua en las astas
y
leche en las tetas.
-Yo
soy lión de la lionería -dice el lión-
los
que dentrarían me los comería.
Le
dice otra vez la cabra:
-Abranmé
la puerta, hijos,
que
traigo agua en las astas
y
leche en las tetas.
-Yo
soy lión de la lionería -dice el lión-
los
que dentrarían me los comería.
Le
dice la hormiguita:
-Yo
soy hormiguita del hormigal,
si
yo dentro adentro
ti
hago saltar.
Entonce
dentró la hormiguita. Entonce el lión, cuando la hormiguita dentró
y se le prendió en la colita, al lión, lo hizo saltar. Y como lo
picaba, saltaba, y saltaba, se pegó contra la pared, y cayó y se
murió no más. Se mató. Lo mató la hormiguita al lión. Entonce
dentró la cabra. Y le abrió su hijito. Uno salió de abajo 'e la
cama, otro del ropero, otro de la mesita de lú.
Y
la cabra le pagó a la hormiguita el costal de plata.
Ana
Rosa Chandía, 67 años.
Catán-Lil. Neuquén, 1970.
La
narradora es una campesina analfabeta.
Cuento
751 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 048
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